Cuando la ignorancia envidia y critica, la inteligencia calla, escucha y se ríe. Porque al fin y al cabo, la enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.
Cuando hay oídos que no escuchan y mentes pequeñas donde no caben las explicaciones, es mejor callar, reír y dejar ir.
Cuando la inteligencia se ve obligada a reaccionar
Empecemos en primer lugar concretando a qué nos referimos con ignorancia. No estamos hablando de falta de cultura o de conocimientos. La ignorancia más perniciosa es aquella que carece de cercanía, de empatía y sensibilidad para ponerse en la piel del otro y donde, además, gusta de emitir juicios de valor cargados de desprecio.
El nivel más elevado de ignorancia se practica cuando rechazamos algo de lo que no sabemos nada. Cuando aún sabiendo que nos faltan datos o información, preferimos dedicar esfuerzos a mantenernos en nuestra posición que a obtenerlos.
No siempre es posible ni acertado elegir el silencio ante el desprecio y el agravio. En ocasiones, la inteligencia se ve obligada a reaccionar para defender su integridad. Lo hace porque a veces es necesario alzar la voz de forma asertiva, segura y valiente para dejar claros dónde están nuestros límites.
Comprende que las mentes pequeñas jamás entenderán de grandes sueños, y que hay oídos sordos donde no caben las palabras inteligentes.
Si eres de Mijas, únete al cambio, conoce el programa electoral 2023 de #SoydeMijas en www.soydemijas.com
Apóyanos para que finalmente en Mijas la inteligencia predomine sobre la ignorancia.
Recuerda:
SOYDEMIJAS NO ES UN VOTO, ERES TÚ
Fuente del artículo: Valeria Sabater
Comments